Sin duda la perspectiva nos da una visión de las situaciones diferente, más serena y sin duda más completa, más acertada. Y para analizar la situación de España nada mejor que poner kilómetros de por medio y mirarnos, o mejor dicho, escuchar cómo nos ven. Si a esto sumamos la posibilidad de comparar opiniones en el tiempo, es decir cómo nos veían y como nos ven, la conclusión no puede ser más desalentadora.
Para todos es evidente el deterioro que ha sufrido nuestra nación en todos los órdenes, no solo económico, pero lo que me ha animado a escribir estas líneas ha sido el nuevo termino que he escuchado en una importante capital latinoamericana refiriéndose a los españoles que emigran allá como: “euracas”.
La analogía es evidente a la despectiva referencia hacia los inmigrantes latinoamericanos que venían a España calificados como: “sudacas”
Desde luego la utilización del término que allá se hace nada tiene que ver con una agresión verbal y es más una dulce venganza con sonrisa incluida.
Esto no es más que la consecuencia del enorme flujo de compatriotas que están buscando la supervivencia en aquellas latitudes y que son objeto hasta de programas especiales en las televisiones locales. Como sigamos así dentro de poco tendrán que hacer un “Españoles por España”.
Pero la lección que debemos aprender es la necesidad que las empresas españolas de tamaño medio e incluso pequeño tienen de internacionalizarse. Y hacerlo a tiempo, de una forma ordenada, con un plan estratégico, con un foco claro sobre las actividades más rentables y que mejor sepan hacer.
La gestión del riesgo inherente a cualquier compañía nos obliga plantearnos, ahora mejor que mañana, la internacionalización como una de las prioridades. No solamente la incertidumbre que generan nuestros políticos, la falta del marco adecuado para generar inversiones, la híper regulación que se traduce en inseguridad jurídica, sino también la amenaza cierta sobre nuestra unidad de mercado, nunca abordada de forma adecuada, aconsejan plantearse la diversificación geográfica como un tema prioritario. Todavía asombra ver compañías de tamaño relevante que ni se lo plantean.
Hablando de híper regulación se acaba de aprobar un proyecto de ley de medidas de fiscalidad medioambiental (sic) el cual esconde una reforma encubierta del Impuesto Sociedades de gran calado, precisamente para las empresas que pretenden diversificarse y emprender nuevos proyectos. La norma que se ha tramitado en formato exprés incorpora limitaciones a la deducción de pérdidas en el exterior, libertad de amortización y compensación de bases imponibles; todo un compendio de medidas tendente a desanimar cualquier emprendimiento empresarial.
Feliz viaje!