El hecho de que la prima de riesgo siga subiendo demuestra que algo falla. El diferencial con el bono alemán a diez años, un indicador de la desconfianza de quienes tienen que financiar la economía española, supera los 420 puntos básicos, el mayor nivel desde noviembre.
La gestión de la crisis no convence. La presentación de los Presupuestos Generales del Estado, aplazada más de lo que le hubiera gustado a Bruselas, era el examen definitivo para comprobar la intensidad de las reformas y los recortes plantados por un Gobierno que aseguró desde el principio ir a por todas.
Sin embargo, apenas unos días después de presentar el mapa de ruta, el Gobierno anuncia de tapadillo, con una nota de prensa, un recorte adicional de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación. Dado que el ahorro, según afirma el Ejecutivo, se va a alcanzar gracias a mejoras de gestión en ambos sistemas, no se explica por qué no se incluyó de entrada esa (lógica) medida en el mapa de ruta de los Presupuestos desde el principio.
Los desmentidos en el seno del propio Gobierno es otro elemento desestabilizador de la confianza. El diario Expansión publica hoy una entrevista con el Secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, en la que asegura que “si falla la amnistía fiscal, hay que plantear subir el IVA”.
Mariano Rajoy ha negado en público una y otra vez que vaya a subir los impuestos directos, pese a la opinión de la mismísima Bruselas, del director general del Instituto de Estudios Económicos, Joaquín Trigo, o el investigador de Fedea, Luis Garicano, por poner solo algunos ejemplos, que entienden que la subida fiscal es una medida inevitable para cubrir la caída de los ingresos a la que se enfrenta la economía española.
Aumentar el gravamen no es un tema baladí. El turismo, el motor más claro para la economía en estos momentos, ha alertado en numerosas ocasiones de que una subida del impuesto retraería del consumo y supondría un palo en la rueda de la recuperación.
El ministro de Economía parece apoyar esta tesis. Hoy ha reiterado que descarta, al menos este año, una subida del IVA porque cree es una medida que se ha demostrado ineficaz para aumentar los ingresos del Estado. Aunque hablamos de un Gobierno que negó que fuera a subir el IRPF o recortar en Sanidad y Educación, que olvidó mencionar la amnistía fiscal que criticó unos meses antes y que prometió al sector turístico bajar el IVA que Zapatero había subido en julio.
De hecho, las palabras del secretario de Estado de Hacienda invitan a pensar que la subida del IVA, para qué nos vamos a engañar, sigue siendo un Plan B. Menos mal que Rajoy anunció que el suyo iba a ser un Gobierno previsible.
Fuente: Expansión.
