Si en una olla hirviente soltamos una rana, ésta saltará inmediatamente. Pero si la introducimos en una olla a temperatura ambiente, ésta permanece allí. Cuando la temperatura sube la rana no parece reaccionar y cuando ya la temperatura es muy alta no puede reaccionar pues está aturdida. Su organismo está preparado para reaccionar ante cambios bruscos, pero no ante cambios graduales y lentos.
No estamos acostumbrados a aprender y reaccionar desde los procesos lentos y graduales y además la mayoría de las amenazas para la supervivencia de las organizaciones proceden desde dentro de ellas y se desarrollan lentamente.
Esta parábola bien conocida me viene a la memoria cuando pienso en lo que esta sucediendo en España. Nuestros dirigentes desde el 2008 no han sido capaces de ver las amenazas ciertas que se cernían y se siguen cerniendo sobre nosotros que pueden sumirnos en una crisis de muchos años; tampoco hemos sido capaces de aprender de otras ”ranas” que han sido hervidas (Grecia, Portugal,….). Necesitamos cambios profundos que pasan por recuperar la credibilidad internacional y hacer cambios de calado en nuestro ecosistema jurídico empresarial pero con objetivos de déficit como los planteados y las mini reformas emprendidas, vendidas como grandes reformas, no recuperaremos la confianza de la clase empresarial.
Y sin empresarios y/o emprendedores por mucho que les pese a algunos no saldremos de la crisis.
¿Nos estaremos hirviendo?
Oscar Sáez de Bergia.